¿Qué es la Cirugía Laparoscópica?
La Cirugía Laparoscópica es una técnica quirúrgica “mínimamente invasiva” muy difundida en la actualidad, que se utiliza para realizar operaciones en la cavidad abdominal. En primera instancia, se diferencia de la Laparotomía (cirugía clásica) en el tamaño de las incisiones realizadas y el número de las mismas.
Durante una operación “por vía laparoscópica”, el cirujano realiza de 3 a 4 pequeñas incisiones (de entre 0.5 a 1 centímetro) en la cavidad abdominal, a través de las cuales introduce unos instrumentos llamados trocares.
Los trocares tienen forma tubular, delgada y hueca. Mediante ellos, el cirujano introduce instrumental diminuto y especializado para este tipo de cirugías: pinzas, instrumentos de corte, suturas, grapas… y una cámara: el laparoscopio.
¿Cómo se hace una Laparoscopia?
Realizados los cortes y colocados los trocares, se bombea un poco de dióxido de carbono al interior del abdomen, para dar mayor visibilidad y espacio para operar al cirujano. Luego, mediante las imágenes proyectadas en pantallas de alta resolución, el especialista localiza los daños y realiza las reparaciones, extracción de órganos, tejido afectado, etc. según las particularidades del caso. Por último, se limpian los órganos operados y cercanos con una solución salina, se extrae el gas introducido en la cavidad y se procede al cierre de las vías de acceso.
Ventajas de la Cirugía Laparoscópica
Las bondades que ofrece un procedimiento laparoscópico con respecto al tradicional son varias y literalmente “saltan a la vista”.
El diminuto tamaño de los cortes hace que las cicatrices se hagan prácticamente imperceptibles conforme el tiempo avanza, además de que una de ellas generalmente queda oculta en el ombligo.
Cirugía Laparoscópica reciente
Cirugía Laparoscópica a las 3 semanas
Cirugía Laparoscópica al pasar el tiempo
Al haber menor manipulación y sufrir menos las paredes del abdomen durante la cirugía, los pacientes pueden volver a andar y recuperarse más rápido. Esto disminuye costos, tanto para el paciente por concepto de hospitalización como para el centro médico en insumos. Los dolores y molestias postoperatorias a la vez son mucho más llevaderos en comparación con una cirugía abierta.
Debido al pequeño tamaño de las incisiones, los riesgos de que ocurra una infección de las heridas también disminuye.
Tipos de Cirugías Laparoscópicas
En realidad, la técnica laparoscópica es la misma, y puede ser aplicada en numerosos procedimientos. Lo que cambia es el nombre de la operación según el objetivo que esta persiga.
Así, por ejemplo, el extirpar la vesícula biliar recibe el nombre de Colecistectomía, la reparación de una hernia inguinal se denomina Hernioplastia y la extracción del apéndice se conoce como Apendicectomía, por citar algunas de las más conocidas.
Cirugía Laparoscópica de Vesícula
Riesgos de una operación por vía laparoscópica
Comparte ciertos riesgos que son comunes en cualquier tipo de procedimiento, tales como hemorragias, infecciones, reacciones a la anestesia u otras vinculadas al cuadro clínico de cada paciente.
Riesgos más específicos a este tipo de procedimientos, se tienen en la perforación o laceración de algún órgano cercano al área atendida. Es por esto que el paciente debe asegurarse de ser atendido por un profesional con la experiencia y habilidad necesarias, que lleve la operación a buen término sin que ocurran estas complicaciones.
En algunas ocasiones, una intervención inicialmente planificada por vía laparoscópica puede convertirse en una cirugía abierta. Depende del grado de afectación que observe el cirujano mediante el laparoscopio al iniciar la operación. Es lo correcto cuando se detectan otros factores que ponen en riesgo la vida del paciente o dificultan el procedimiento.
Esto nunca debe ser considerado como un fracaso procedimental. Ante todo, el cirujano es responsable de la integridad de su paciente, por lo cual debe tomar las decisiones que la garanticen y actuar en consecuencia.